viernes, 20 de marzo de 2009

ATMOSFERA DE MATEQUILLA

Aunque ya casi nadie lo siente, Ciudad satélite huele a mantequilla. Y esto ha sido así desde el comienzo. Uno con el tiempo logra acomodar el olfato al olor, y hasta llega a olvidarse de que existe, pero esta ahí, es como el oxigeno o como otra atmosfera. Esto solo pasa con los propios y no con los extraños, que con frecuencia, cuando van de paso, sienten su pestilencia. Por eso yo pienso que el olfato es como otra memoria, porque solo cuando he estado en otras ciudades y sin esperármelo percibo un olor parecido, si saber porque me digo: que asco, LA NUMAR.

1 comentario:

Lola Mena dijo...

Que verdad más cotidiana!!!. Ahora que soy más de aquí que de allá, y por tanto asiduo usuario de la periférica, es imperdible, impercetible y -realmente- inconfundible saber para mi, cuando voy llegando a la "mentada ciudad satélite" -como afirma el bloguero propietario- por el olor del "oxígeno sobresaturado".